Preparando tiempos de sequía

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Uno de los tantos efectos del cambio climático en nuestro país es la mayor frecuencia de sequías en verano, por lo cual se hace necesario avanzar rápidamente en mejorar el conocimiento y la comprensión de una serie de aspectos vinculados a este evento climático.
Como es sabido, en sequía se dan las siguientes características comunes: carencia o déficit de agua, carencia o déficit de pasto, utilización de bancos de pasto inutilizables en situaciones normales (bañados, pajonales, etc.) y estado corporal del ganado en depresión. En situaciones de sequía y déficit de forraje, la poca pastura disponible es de muy baja calidad y el animal explora dietas que habitualmente rechazaría, al acceder a zonas y pasturas que en situaciones normales no comería.
Cuando la situación de crisis forrajera es muy avanzada el ganado se empieza a deteriorar rápidamente. Ello se debe a la superación del límite mínimo de altura del pasto (3 cm) donde al vacuno se le hace muy difícil realizar la prensión del mismo. En esta situación, de no actuar rápidamente, las pérdidas de peso son muy rápidas y se llega a situaciones irreversibles o de alto costo de recuperación. Previamente a ello, se pasa por un periodo que se caracteriza por “campo pelado y ganado lindo”, siendo en esta etapa donde ya se debería actuar.
Los puntos que se deben monitorear de forma permanente son la disponibilidad de agua, la disponibilidad de pasto y el estado corporal del ganado. También se debe tener un manejo adecuado de la información meteorológica.
Los alimentos con que debemos contar para ser usados en situaciones de sequía deberán tener buen contenido proteico para ayudar a digerir forrajes de muy poca calidad y deben ser seguros en su utilización disminuyendo los riesgos de intoxicación o indigestión aunque se utilicen cantidades altas. Con estas características y que además están disponibles habitualmente en el mercado, están los afrechillos de trigo y arroz, la cascarilla de soja y la harina de girasol.
Cada vez que se lleva a cabo planes de suplementación debemos considerar la necesidad de lotear el ganado por tamaño y categoría, para evitar la dominancia. También evitar lotes excesivamente grandes que imposibiliten el control del mismo. Y se debe tener en cuenta el periodo de acostumbramiento. Dado que el suplemento puede significar una parte importante de la dieta, es conveniente acostumbrar la flora ruminal a la nueva dieta. Para ello, se recomienda iniciar la suplementación con pocos kilogramos.
Hay que tener presente que en las sequías siempre se pierde y el desafío es como perder menos. Se debe ir tomando decisiones paso a paso y en el momento oportuno, antes que sea tarde. Bajar carga animal y generar liquidez para afrontar los costos de suplementación, ha sido una medida realizada por muchos productores. El mantener la estructura productiva del predio es una meta irrenunciable. Rearmarla es costoso y lleva tiempo.

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